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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Di-vagando


Y de golpe
Desesperado impulso
Destructivo
Creador
NAVAJA
Rebanar en dos mi lengua
Y sangrar desde la pulpa
De mí
Estentóreas hemorragias
De lo que quiero decirte
Y no se.
Con un filo
Despellejarme la cara
Tirar mi piel lejos
Y mostrarte un rostro
Menos bello
Más real
COAGULO
SANGRE
Y en las lágrimas
Acuoso espejo
De tus compasivos ojos
Ver quien soy
Tirar mi piel lejos
Si, eso
Revelar las fibras
De mis músculos
Cuando se tensan
Al verte
Lavados
Por la lluvia sin piel
Agarrar un bisturí
LIBERADOR
Y con el, escarbar
Mi cuerpo
Revolver mis entrañas
A su antojo
Al mío.
Poder sangrar
Al sol
A la noche
Con el cerebro palpitando
Al repiqueteo de las gotas
Los ojos desorbitados
(tal cual)
Pateando mi corazón
Rodando sobre el barro
Rescatarlo de algún pozo
Charco
De vez en cuando
Lavarlo
Y volver a quererlo.
Mis riñones
                   Desnudos
Al aire
Acariciados por la brisa.
El pene
            Erecto
                       POTENTE
Capturando en rayos
La eléctrica indomabilidad
Del mundo primitivo
Natural
            Arcaico
                         Elemental.
Mis testículos abiertos
Regando semen
Queriendo fecundar
HOY
        Y cosechar
Mañanas
Con menos armaduras
Con más órganos.
Y entre la terrible tormenta
De mis nervios
Traída del remoto
                              Pasado
Del mañana
La gente gritará
                         Horrorizada
En nombre de Dios:
¿Qué es eso?
Y algún sabio intelectual
Creyendo saber responderá
(dos puntos aparte)
      Es alguien que intentó usar una pluma para tratar de decir,
De explicar lo que sentía y, hastiado de insatisfacción, de impotencia,
En un último, desesperado impulso, solo atinó a afilarla y usarla
Como escalpelo autónomo camino a la verdad de la expresión…
Y
DIOS
Y
EL DIABLO
Se acusarán mutuamente de mi creación
Y un furioso
                    Sacudón eléctrico
Hará temblar
El cuerpo del mundo
Y la tormenta
                      Nocturna
Responderá:
                   He ahí
                               MI HIJO
                                              … y yo sólo, atinaré a reír