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jueves, 27 de diciembre de 2018

Efímero


Efímero
Va que tomándome unos mates
una mañana
(vaya a saber si por locura
o magia)
o algún proceso
desconocido de mis nervios.
Pude escuchar
afinando mi oído
entre las campanadas
que aporreaba un párroco,
temprano, mientras clareaba
un insólito y fluido diálogo
entre dos hormigas, que así charlaban:
-hola vecino, ¡ya me he enterado!
Así que al fin lo ha comprado
¡todo este campo que llega al muro!
(conteniendo la risa me quedé mudo)
-pues así es vecino (con arrogancia)
Fruto del trabajo duro
que lo mío nunca fue la vagancia,
compré este campo desocupado
en el banco de hojas del hormiguero
me han dado la escritura que desde enero
ya venía yo tramitando,
mis buenas hormitoneladas
de palitos y hojas muy bien cortadas
toda esta parcela me ha costado
-¡en hora buena vecino, lo felicito!
la verdad es muy lindo su campito
-¡campito!? (con desdén y enfado)
Son mil hormihectáreas mi estimado
y escrituradas eh! ¡ES CRI TU RA DAS!
Que no cualquiera es capaz de tanto
(había que verla tamborileando
con los deditos en su pancita
tan satisfecha a la hormiguita
jactanciosa, frente al otrora
molesto vecino del otro barrio)
-dígamelo a mi vecino
que ya no aguanto
el dos ambientes del hormiguero
y mire que corto, talo, limpio y llevo
hormitoneladas todos los días
-ya llegará mi amigo, ya llegará
(juro que vi como sonreía)
ya le llegará, no desfallezca
que todo se logra con mucho esfuerzo
míreme a mí (y seguía con los deditos,
orgullosa, burlona, tan escupible)
que con trabajo y mucho esmero
al fin del campo soy propietario
(pité el cigarro, me tomé un mate
un chorro de agua al “gran magnate”
si, ya se, ya se, un asesino)
y seguí como si nada con lo mío
pero pensando en que parecido
con algunos humanos esa hormiguita.
Quedó achicharrada la pobrecita
con su burlona jactancia y su escritura
que no es buena tanta locura,
ni la de ella, de creerse tanto
ni la mía, de andar escuchando
lo que hablan en el patio las hormigas.