en el principio fue el verbo, la palabra, y la palabra creo el mundo. Pero el demiurgo envileció la palabra y llenó de niebla al mundo y la palabra pasó de ser creadora a ser la sostenedora de la niebla, la sostenedora de la ilusión, la palabra envilecida ya casi por completo es el sostén de un mundo de mentira y neblinoso... el mundo del demiurgo (pirulo)
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